Me encanta que los planes salgan bien

domingo, 27 de abril de 2014

Nadie está contento con su suerte

El arzobispo sudafricano Desmond Tutu contó la siguiente historia en un discurso pronunciado en 1987.

En cierta ocasión un hombre negro reprochó a Dios el hecho de que lo hubiera creado así. ¿Qué clase de color es este que me has dado, oscuro y feo a más no poder? Por no hablar de mi pelo lanudo y de esta narizota chata que me has puesto de un manotazo en medio del rostro? Cuando terminó sus quejas, un vozarrón imponente le contestó: Hijo mío, te he situado en mi propio Jardín del Edén, en África. ¿Puedes imaginar lo que sería de ti si tuvieras la piel más clara bajo el maravilloso y fuerte sol africano? ¿Y cómo podrías oler los primorosos aromas de mis magníficos jardines si tuvieras una naricilla insignificante? Y si tuvieras el pelo liso y largo, ¿cómo te las arreglarías para correr como una gacela por mis tupidos bosques africanos? El hombre negro entonces le contestó: Dios mío, ¿puedo decirte una cosa? Si, claro, le respondió Dios. Y el negro dijo: Pues que vivo en Philadelphia.

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