Me encanta que los planes salgan bien

sábado, 8 de octubre de 2011

Los neodruidas, el equinoccio y la madre que los parió a todos (25/6/10)

Ya están aquiiiii... Igual que las golondrinas en primavera, o las infecciones por hongos en época de piscinas, con la llegada del equinoccio de verano han aparecido de nuevo los autodenominados neodruidas, esos que se visten con túnicas blancas y se proclaman herederos de los celtas. Y me entran unas ganas locas de darles collejas hasta que se me duerma la mano.
Pongamos unas cuantas cosas claras. Se sabe muy poco de los rituales celtas, por el sencillo motivo de que no dejaron testimonios escritos. Los testimonios que hablan de ellos son, o bien de observadores ajenos a su cultura (como los Commentarii de bello gallico de Julio César) o bien muy posteriores (la obra inequívocamente celta más antigua conocida es una recopilación de relatos de transmisión oral hecha por monjes cristianos en el siglo V). Este hecho sacude los cimientos de otro mito muy extendido, la "música celta": los celtas tampoco dejaron ningún tipo de notación musical, y el instrumento emblemático de este estilo de música, la gaita, es un instrumento pastoral originario de Oriente Medio y extendido por las legiones romanas (hay gaitas por toda Europa, desde Escandinavia al Cáucaso y Jordania, no sólo en las llamadas "naciones celtas).
Es por eso que los neodruidas, no teniendo demasiado de lo que echar mano, han optado directamente por inventárselo. Su supuesta "religión" es un popurrí que amalgama pacifismo, naturismo, filosofía "new age" y algunas cosas más. Y su manía de celebrar los equinoccios es un ejemplo claro de este desconocimiento.
Los celtas jamás celebraron los equinoccios. Los conocían, obviamente, pero no les daban relevancia más allá de la mera curiosidad astronómica. Los celtas tenían dos fiestas principales:
Bealtaine, celebrada el 1 de mayo, era la fiesta de la exaltación de la vida, que celebraba la llegada del verano. Se encendían hogueras, se bendecían cosechas y ganado, se comía, se bebía y se festejaba a lo grande. Hasta los druidas tenían licencia ese día, y solían acabar completamente borrachos (se ve que eran menos ceremoniosos y aburridos que sus pseudoherederos).
Samhain, por el contrario, era una fiesta espiritual y de transición. Celebrada entre el 1 y el 7 de noviembre, según las fuentes, tras la cual empezaba el año nuevo celta. Para los celtas en esa fecha el mundo espiritual y el de los vivos estaban más próximos que nunca, por lo cual los muertos podían cruzar el umbral entre ambos mundos y pasarse a echar un vistazo. Así, los vivos debían recibirlos con ofrendas para demostrarles que su memoria era honrada. De ella derivan las actuales celebraciones de Todos los Santos y Halloween.
Además, había fiestas menores, como la Lughnasadh, pero nunca celebraban los equinoccios.
Espero que haya quedado claro.
P.D. A estos neodruidas también les encanta hacer sus ceremonias en el mítico monumento megalítico de Stonehenge. Alguien debería decirles que tampoco es celta, sino que es unos milenios más antiguo.

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